En la sociedad moderna en la que vivimos el transporte es fundamental para conectar ciudades y países, y permitir el rápido traslado de personas de un lugar a otro. A pesar de la modernización y automatización de los automóviles y transportes públicos, actualmente la figura del chófer sigue siendo necesaria para el traslado de pasajeros.
La función principal de un chofer es conducir un vehículo de motor contratado para transportar personas, mercancías o animales. Un chofer puede estar al mando de diferentes tipos de transporte como un autocar, un coche, una limusina, una furgoneta, etc. Algunas de las funciones de esta profesión varían dependiente del servicio que ofrecen y son tales como:
Un chofer puede conducir su propio vehículo y ofrecer los servicios como autónomo o puede ser contratado por una compañía de transportes para conducir diferentes tipos de automóvil en función de las necesidades.
Las personas que realizan esta profesión deben tener un buen conocimiento del vehículo que conducen y saber manejar los mecanismos de dirección correctamente. Es importante que sean personas prudentes, pacientes y agradables. Un chofer debe mantener la concentración al volante y ser consciente de la responsabilidad que tiene al trasladar personas de un lugar a otro. Deben tener capacidad de reacción ante un accidente y buena orientación. En el trabajo con turistas el dominio de lenguas extranjeras puede ser un plus para poder comunicarse mejor con los pasajeros.
Para convertirse en chofer no se requiere ningún estudio o formación profesional específico pero sí es esencial disponer de un permiso de conducción vigente en el país en el que se trabaja. En caso de que el vehículo sea propio éste tendrá que tener la licencia necesaria como transporte público o colectivo, así como tener en regla los documentos legales del vehículo y del seguro.