El contrato de formación en alternancia es una excelente opción para jóvenes que buscan combinar estudios y experiencia laboral. También es conocido como contrato de formación y aprendizaje o contrato dual. En este artículo, te explicaremos en qué consiste este tipo de contrato, cómo funciona y cuáles son sus beneficios.
El contrato de formación en alternancia es un acuerdo laboral que permite a los jóvenes, generalmente entre 16 y 30 años, compaginar la formación teórica en un centro educativo con la práctica en una empresa. Este tipo de contrato busca facilitar la inserción laboral de los jóvenes, ofreciéndoles la oportunidad de adquirir experiencia y habilidades en su área de estudio mientras reciben una formación específica.
A continuación, destacamos las características principales del contrato de formación en alternancia.
Para poder beneficiarse del contrato de formación en alternancia, tanto los empleados como los empleadores deben cumplir con ciertos requisitos. ¡Te los detallamos!
Para los empleados:
Para los empleadores:
Aunque el contrato de formación en alternancia presenta muchas ventajas, también tiene ciertas limitaciones que es importante tener en cuenta:
El contrato de formación en alternancia está diseñado principalmente para jóvenes que buscan integrar su educación con la experiencia laboral. A continuación, explicamos las condiciones necesarias para poder acceder a este tipo de contrato:
El salario de un trabajador con un contrato de formación en alternancia debe estar alineado con lo estipulado en el convenio colectivo del sector correspondiente. No obstante, todos los trabajadores bajo este tipo de contrato deben recibir, al menos, el salario mínimo interprofesional (SMI), que se sitúa en 15.876 euros anuales, distribuidos en 14 pagas de 1.134 euros.
Es fundamental considerar que el salario puede verse influenciado por la proporción de horas dedicadas al trabajo en comparación con el tiempo invertido en la formación. Para detallar esto:
Estos porcentajes pueden afectar el sueldo que llega a corresponder al tiempo dedicado al trabajo.
Es importante tener en cuenta que, en algunos sectores, los convenios colectivos pueden establecer salarios específicos para los contratos de formación, que podrían ser superiores al SMI, ofreciendo una mejor remuneración.
La principal diferencia entre el contrato de formación y el contrato de prácticas radica en su finalidad. Mientras que el contrato de prácticas se centra en la aplicación práctica de estudios ya completados, el contrato de formación busca ampliar tanto los conocimientos teóricos como prácticos del trabajador en un sector en el que aún no está plenamente capacitado.
También hay diferencias significativas en cuanto a la remuneración. En el caso del contrato de prácticas, el salario se establece según lo estipulado en el convenio colectivo correspondiente, sin que sea inferior al SMI.
En cambio, en los contratos de formación, la remuneración puede verse afectada por el porcentaje de horas dedicadas al trabajo en relación con el tiempo destinado a la formación, lo que puede resultar en un salario más variable.
Para los empleadores, ambos contratos ofrecen incentivos para las empresas, pero el contrato de formación incluye bonificaciones más amplias en las cotizaciones de la Seguridad Social, lo que lo convierte en una opción atractiva para empleadores que desean formar a nuevos talentos desde cero.
La principal ventaja del contrato de formación en alternancia para los empleados es la posibilidad de adquirir formación en un nuevo sector mientras se trabaja en él.
Además, este tipo de contrato es una puerta de entrada al mercado laboral para aquellos que no cuentan con experiencia previa o que no han tenido la oportunidad de realizar estudios superiores antes de comenzar a trabajar.
La ley también establece la obligación de contar con un tutor dentro de la empresa, lo que potencia el proceso de aprendizaje.
Por último, un contrato de formación permite recibir un salario mientras se está en proceso de aprendizaje, a diferencia de algunas prácticas o trabajos no remunerados.
Una de las principales ventajas es la reducción de costes laborales. A continuación, presentamos una lista de ventajas para las empresas.
Contestamos algunas preguntas frecuentes acerca de los contratos de formación en alternancia. ¡Echa un vistazo!
Las prórrogas solo son posibles si el contrato inicial no supera los 24 meses (2 años). Sin embargo, es importante que la prórroga se realice únicamente cuando el empleado no haya completado la formación correspondiente a su ocupación. Además, el tiempo total del contrato, incluyendo las prórrogas, no puede exceder los 2 años.
Al finalizar un contrato de formación, la empresa tiene la opción de contratar al trabajador, ya sea mediante un contrato indefinido o un contrato temporal. Si el empleador decide no renovar el contrato, el trabajador puede comenzar a buscar nuevas oportunidades en el mercado laboral, aprovechando la experiencia y las habilidades adquiridas durante su formación.
Sí, al concluir un contrato de formación, el trabajador tiene derecho a solicitar la prestación por desempleo, siempre que cumpla con los requisitos establecidos por la ley. Es fundamental haber cotizado lo suficiente durante el tiempo de duración del contrato y haber trabajado al menos 360 días en los últimos seis años.
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